No me gustan los zombis

Hoy mis aterradores recuerdos me encontraron como zombis que emergen de aquella olvidada sepultura a la que me prometí no regresar más. Qué he de hacer si el olvido no pudo acabar con ellos, tampoco la indiferencia y mucho menos la terapia de la psicóloga. ¿Quién o qué podrá?
Por más orgullosa que sea o fuerte que quiera parecer, creo que no podré escapar porque los llevo pegados a mí como la piel. No puedo esconderme, no puedo rendirme pero si puedo aprender de eso… es incomodo. Duele.
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