No soy de aquí ni de allá !
Había una vez un lugar donde la gente al nacer era inyectada con una dosis de la sustancia “Ss”; mientras la persona crecía, esta solución producía una singular reacción en su cuerpo, sus órganos y hasta en sus conductas y sentimientos. El por qué se administraba esta sustancia a todos, no tenía una razón muy clara: salud, prevención, no tener nada que hacer o tal vez sólo se hacía por mera costumbre ya que desde tiempos remotos se acostumbraba su aplicación.
Con el paso del tiempo los músculos faciales de todos se iban endureciendo impidiéndoles esbozar sonrisas y mucho menos carcajadas, simplemente eso no existía. El hablar del sonido de una carcajada era como hablar de alcanzar la velocidad de la Luz.
Los cuerpos de las personas siempre estaban cubiertos por colores obscuros, verdes opacos, azules agrisantados, etc. nada de accesorios por temor a entrar a algún lugar y ser delatados por el tintineo de una pulsera o unos pendientes, y ni soñar con los tacones. El que usara cualquier prenda de color brillante “por accidente” era catalogado como un “inadaptado” y era ingresado a Institutos Correctivos.
Las parejas y las relaciones amorosas se planeaban, no por la familia sino por los dos “afectados” directos, y entrecomillo afectados porque eso era contraer matrimonio: un simple cambio de situación civil. Nada tenía que ver con los sentimientos, más bien era algo que involucraba la razón y la conveniencia.
Del mismo modo las amistades se elegían por el beneficio material o social que se pudiera obtener y no por afecto. Eso sí, la familia mantenía un lugar privilegiado pero esto era sólo porque los integrantes tenían bienes y proyectos en común.
Mientras tanto, en una tierra muy pero muy lejana, la gente no conocía mucho de medicamentos ni de sustancias raras, ellos desde los primeros meses de vida se alimentaban con jugos frutales, es que era lo más barato y lo que tenían al alcance de de la mano porque todas las avenidas estaban enmarcadas por árboles y arbustos.
A la mayoría les encantaba mostrar el nuevo piercing o el más reciente diseño de body painting, obvio todo era hecho con pinturas extraídas de la vegetación y después de unas lavadas ya estaban listos para la aplicación del siguiente dibujo.
No diré que la gente no tenía problemas porque sería imposible, por supuesto que se llegaban a sentir tristes, lloraban, y todo eso pero siempre salían adelante, aprendían de lo sucedido y seguían con sus vidas.
Cualquier motivo era razón suficiente para armar una gran celebración e invitar a sus vecinos, colegas, familiares cercanos y lejanos y a cuanta persona se dejara invitar. Todos apoyaban con algo: adornos, el show, la comida o lo que faltara.
El alimento más importante para ellos era el del alma: los amigos y la gente q amaba.
Para estas personas no había una clasificación o distinción por el género, simplemente no les importaba, era como saber que a fulanito y fulanita les gustaba el color rojo y que a perenganito y perenganita les encantaba el amarillo. Simplemente no importaba porque todos eran considerados simplemente como seres “sexuales” (qué fregados es eso de heterosexuales, homosexuales, bisexuales, trans…)
Te podría contar que un día uno del otro pueblo llegó a esta lejana tierra y que uno de esta lejana tierra llegó a aquel otro lugar, pero para que torturar a este par de personajes, mejor los dejamos felices y/o conformes con el mundo que conocen y al cual fueron moldeados. Para los dos sería un golpe bien fuerte saber que hay otras formas de vivir DIRERENTES, no hablo de mejores o peores, sólo DIFERENTES.
Eso ni pasa en la vida real, ¿no?
Con el paso del tiempo los músculos faciales de todos se iban endureciendo impidiéndoles esbozar sonrisas y mucho menos carcajadas, simplemente eso no existía. El hablar del sonido de una carcajada era como hablar de alcanzar la velocidad de la Luz.

Los cuerpos de las personas siempre estaban cubiertos por colores obscuros, verdes opacos, azules agrisantados, etc. nada de accesorios por temor a entrar a algún lugar y ser delatados por el tintineo de una pulsera o unos pendientes, y ni soñar con los tacones. El que usara cualquier prenda de color brillante “por accidente” era catalogado como un “inadaptado” y era ingresado a Institutos Correctivos.
Las parejas y las relaciones amorosas se planeaban, no por la familia sino por los dos “afectados” directos, y entrecomillo afectados porque eso era contraer matrimonio: un simple cambio de situación civil. Nada tenía que ver con los sentimientos, más bien era algo que involucraba la razón y la conveniencia.
Del mismo modo las amistades se elegían por el beneficio material o social que se pudiera obtener y no por afecto. Eso sí, la familia mantenía un lugar privilegiado pero esto era sólo porque los integrantes tenían bienes y proyectos en común.
Mientras tanto, en una tierra muy pero muy lejana, la gente no conocía mucho de medicamentos ni de sustancias raras, ellos desde los primeros meses de vida se alimentaban con jugos frutales, es que era lo más barato y lo que tenían al alcance de de la mano porque todas las avenidas estaban enmarcadas por árboles y arbustos.
A la mayoría les encantaba mostrar el nuevo piercing o el más reciente diseño de body painting, obvio todo era hecho con pinturas extraídas de la vegetación y después de unas lavadas ya estaban listos para la aplicación del siguiente dibujo.
No diré que la gente no tenía problemas porque sería imposible, por supuesto que se llegaban a sentir tristes, lloraban, y todo eso pero siempre salían adelante, aprendían de lo sucedido y seguían con sus vidas.
Cualquier motivo era razón suficiente para armar una gran celebración e invitar a sus vecinos, colegas, familiares cercanos y lejanos y a cuanta persona se dejara invitar. Todos apoyaban con algo: adornos, el show, la comida o lo que faltara.
El alimento más importante para ellos era el del alma: los amigos y la gente q amaba.
Para estas personas no había una clasificación o distinción por el género, simplemente no les importaba, era como saber que a fulanito y fulanita les gustaba el color rojo y que a perenganito y perenganita les encantaba el amarillo. Simplemente no importaba porque todos eran considerados simplemente como seres “sexuales” (qué fregados es eso de heterosexuales, homosexuales, bisexuales, trans…)
Te podría contar que un día uno del otro pueblo llegó a esta lejana tierra y que uno de esta lejana tierra llegó a aquel otro lugar, pero para que torturar a este par de personajes, mejor los dejamos felices y/o conformes con el mundo que conocen y al cual fueron moldeados. Para los dos sería un golpe bien fuerte saber que hay otras formas de vivir DIRERENTES, no hablo de mejores o peores, sólo DIFERENTES.
Eso ni pasa en la vida real, ¿no?
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