No me gustan los zombis

Es increíble como los sucesos de la infancia pueden afectar tanto toda la vida una persona. Esto viene a flote debido a que hoy viví algo que trajo a mi mente una buena parte de mi infancia, desafortunadamente no fueron recuerdos del todo buenos, más bien malos; recuerdos que creía ya estaban sepultados, pero no fue así. Hoy mis aterradores recuerdos me encontraron como zombis que emergen de aquella olvidada sepultura a la que me prometí no regresar más. Qué he de hacer si el olvido no pudo acabar con ellos, tampoco la indiferencia y mucho menos la terapia de la psicóloga. ¿Quién o qué podrá? Por más orgullosa que sea o fuerte que quiera parecer, creo que no podré escapar porque los llevo pegados a mí como la piel. No puedo esconderme, no puedo rendirme pero si puedo aprender de eso… es incomodo. Duele.